Desde el alma más profunda, aún vive el amor,
Ninguna jaula puede atar su fervor.
Su belleza habita la luz del amanecer,
Marcada en las estrellas, difícil de entender.
Veo su sonrisa al romper la mañana,
Su calor persiste, dulce y temprana.
Su risa vibra entre hojas al viento,
Una canción suave, mi único aliento.
El aroma de su cabello persiste,
Una huella fantasma que aún existe.
Cierro mis ojos, regreso en el tiempo,
Cuando el amor era todo el firmamento.
El viento susurra, diciendo su nombre,
Entre los campos, en cada hombre.
Aunque caigan sombras y el color se va,
Nuestro amor, eterno, siempre estará.
Caminamos juntos por la vida entera,
Ahora camino solo, sin su bandera.
Pero aún en la niebla, siento su voz—
Un recuerdo que nunca se deshizo de los dos.
Cada momento lo guardo en mi ser,
Un voto sagrado que vuelve a nacer.
Aunque esté más allá de mi realidad,
Nuestro amor vive, con intensidad.
“Ella vive… en cada suspiro fiel.”