Seguridad
Por Joaquín G.
Mi corazón, una fortaleza construida de piedra desgastada,
Había soportado las cicatrices del más amargo lamento del amor.
El aguijón de la traición, una herida que festejaba profundamente,
Me enseñó a proteger mi alma, guardar sus secretos.
Entonces, como un rayo de sol a través de un cielo nublado,
Entraste, persiguiendo sombras como volarías.
Tu toque gentil, un susurro suave y amable,
Derritió el hielo que congelaban mi corazón y mente.
Vacilante, bajé mi pared guardada,
Una ranura abierta, respondiendo al dulce llamado del amor.
Poco a poco, la confianza floreció, una cosa frágil y tierna,
Nutrida por tu sonrisa, la alegría que traería.
Te convertiste en mi refugio, una fortaleza fuerte y verdadera,
Abrigándose de tormentas que pensé enfrentaría de nuevo.
Cuando las olas de la duda amenazaba con engullir mi alma,
Tu mano se extendió, haciéndome sentir completo.
Ahora, de pie, mano a mano, enfrentamos lo desconocido,
El ancla del amor me sostiene, nunca ser arrojado.
En tu abrazo, mis miedos se disuelven y desaparecen,
Reemplazados por una seguridad que mi corazón anhelaba.
Que las tempestades ardan y la oscuridad llene la noche,
En tu amor, encuentro una luz inquebrantable.
Porque eres mi hogar, mi consuelo y mi fuerza,
Un amor que todo lo conquista, brillando para siempre.