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El Sol Quema

En alguna parte del mundo,
el Sol quema—
y nacemos en su llama voraz.
En las sombras mueren,
genios sin voz,
su magia se apaga sin más.

Los incendios avanzan al caer la tarde,
no hay rutas hacia este desaire.
El fuego canta al cielo sin piedad,
y del polvo emerge un vaquero sin piedad.

Grita que ya no volverá—
el polvo lo abraza, y se acabó.
Las madres miran, ojos sin sal,
viendo a sus hijos marchar hacia el humo ya.

No hay camino de regreso,
solo humo y pena en el trayecto.
El sol sigue ardiendo, juez silente—
y cargamos secretos indecibles, muy latentes.

Un secreto.
Un dolor—
ardiendo al amanecer sin perdón.

El fuego canta…
y el sol quema con silencio y dolor.