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El Laberinto de Espejos

Entré al lugar donde el vidrio gritó,
mi reflejo roto me traicionó.
Mil rostros míos, mil espejos crueles,
cada uno guarda gritos infieles.

Uno lloraba, otro maldecía,
otro reía con falsa alegría.

Laberinto de espejos, me vas a tragar,
mi alma en fragmentos vas a quebrar.
Soy mil pedazos, en sombra y dolor,
perdido en cristales sin ningún color.

El suelo era líquido, todo flotaba,
la voz de los ecos todo lo nombraba.
La cordura se va, como niebla gris,
mi mente naufraga… lejos de mí.

Toqué, caí, perdí mi piel,
fantasmas rotos saben quién fue él.
Pero en la sombra, un punto brilló—
luché, sangré, y la vista volvió.

Laberinto de espejos, ya no me ciegas,
bajo esta luz, el alma se entrega.
Que mueran los ecos, yo ya no huyo—
cierro los ojos… y resurjo.