(susurrado)
Aún veo tu sonrisa… clara como el sol…
Tu piel de porcelana, tu cabello azabache,
Recuerdos duelen como puñal.
Camino perdido en esta noche,
en los abismos del mal.
Tu perfume inunda esta estancia,
como un fantasma que implora mi templanza…
Solo abrazo tu presencia fantasma,
mi corazón detenido por tu ausencia.
Las rosas que amabas se consumen,
sus pétalos caen con tu ausencia.
Cada latido fluye y se diluye,
mi latido… ya se detiene.
En el aislamiento el tiempo no pasa,
los segundos arden como brasas.
Anhelo esa pieza que me deje,
encontrar la paz que a ti me retrote…
Antes que se calle el último latido, regresaré…
a tu risa… a tu luz… en un nuevo amanecer…
Y el recuerdo muere sin piedad…
el último latido al son de tu soledad.
Un amor eterno, oscurecido ya—
mi latido… se apaga… contigo, mi voluntad.
(susurrado)
…Mi latido se detiene.