Dame tu alma, déjame entrar,
A ese jardín donde el amor puede brotar.
Donde las sombras no puedan crecer,
Y el miedo aprenda a retroceder.
Dame tus labios, aunque estén rotos,
Aunque el pasado te haya dejado en trozos.
Voy a besarlos hasta hacerlos sanar,
Voy a cuidarlos, nunca más van a sangrar.
Porque el amor llega sin avisar,
Como un susurro en la oscuridad.
No hay reloj que lo pueda frenar,
Ni hay distancia que lo haga callar.
Si tú me dejas, te enseño a sentir,
A amar sin miedo, a volver a vivir.
Yo sé que el tiempo te quiso borrar,
Que hay cicatrices que aún duelen al tocar.
Pero el amor no pregunta por qué,
Solo te abraza y se queda con fe.
Voy a besarlos hasta hacerlos sanar,
Voy a cuidarlos, nunca más van a sangrar.
Porque el amor llega sin avisar,
Como un susurro en la oscuridad.
No hay reloj que lo pueda frenar,
Ni hay distancia que lo haga callar.
Si tú me dejas, te enseño a sentir,
A amar sin miedo, a volver a vivir.
No hay calendario que nos diga cuándo,
Ni hay un mapa que nos marque el paso.
Solo tus labios, rotos y callados,
Que hoy con los míos, han resucitado.
Porque el amor llega sin avisar,
Como un relámpago en la inmensidad.
No hay barreras que lo puedan atar,
Si nos encuentra, nos vuelve a curar.
Si tú me dejas, te enseño a sentir,
A amar sin miedo, a volver a vivir.