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El Barrio de Hierro

Lluvia de óxido cae de torres olvidadas,
La esperanza murió, hora tras hora desgarradas.
Persianas de acero lloran su pesar,
Lágrimas lentas donde el sol no quiere estar.

Gritos resuenan donde las ratas dominan,
No hay piedad donde los fantasmas caminan.
Ceniza en el aire de sueños quemados,
Ahoga verdades, suspiros silenciados.

Memoria… es infección.
Rostros… son protección.

Bienvenido al Barrio de Hierro—podridos con estilo,
Sonríe a la cámara mientras sangras al filo.
Cielo de acero, sin luz, sin justicia, sin ley,
Solo un folleto que miente, aquí no hay rey.

Susurros en venta, el miedo es moneda,
Comercio de almas en cada vereda.
“Supervisores” con ojos de piedra,
Tronos de silencio, la mentira se queda.

Pasillos iluminados por luces parpadeantes,
Revelan miradas vacías, semblantes.
Baldosas agrietadas cantan dolor,
Aquí no vive la esperanza, solo el rencor.

“Prometemos paz, prometemos gracia…”
Otra mentira en una caja dorada.

Bienvenido al Barrio de Hierro—quema ese sueño,
Donde el futuro está amañado, todo es un empeño.
Un paraíso construido sobre miedo y silencio,
Y el precio del alma baja sin consenso.

Plaza Armonía…
Tu nuevo comienzo…
Ya es…
Óxido.